martes, 25 de mayo de 2010

NO LO DIGAS ¡HAZLO!


Cuántas veces hemos regresado de la iglesia, llenos de emoción por que Dios nos habló de tal manera que queremos compartir a todos los cambios que planeamos hacer en nuestra vida, comentamos los detalles, prometemos, juramos y en menos de lo que pensamos (o haciendo alusión al hecho bíblico, en menos de lo que canta un gallo) fallamos, dijimos que ibamos a hacer pero no lo hicimos.

Aunque muchas otras veces decimos que sí a lo que Dios nos pide a través de su palabra o invitaciones a trabajar en la iglesia, mínimo a asistir a un evento, a un culto o a participar en un ministerio, pero sabemos que en el fondo no lo queremos hacer.

Jesús en su maestría con la que compartía sus enseñanzas nos lo ilustró con los dos hijos, a los que su padre les pide cariñosamente su ayuda en algo justo y correcto; uno dice que sí lo iba a hacer, pero no lo hizo y otro que fue sincero, le dijo que no tenía ganas de hacerlo, pero reflexionando, se arrepiente y lo hace.

Los dos eran sus hijos; a los dos el que se les acerca es su padre, no ellos a él; a los dos les habla cariñosamente (el término griego para hijo así lo indica); a los dos les pide algo justo. La diferencia no está en el Padre sino en cada hijo. Uno, era (como los fariseos) de los que dicen y no hacen -según las propias palabras de Jesús-; el otro aunque no tenía las ganas, ya que realmente lo que buscaba hacer era su voluntad y no la voluntad de su Padre, meditó, reflexionó y sobre todo se arrepintió y prefirió hacer la voluntad de su Padre antes de su voluntad.

Cuando nos enfrentamos a esta narración irremediablemente nos tenemos que comparar con alguno de los hijos ¿tu eres de los que dicen y no hacen? ¿eres de los que ni dicen ni hacen? mejor NO LO DIGAS ¡HAZLO!

martes, 18 de mayo de 2010

¡HAZLO SEGÚN TUS FUERZAS!

Todo lo que te viniere a la mano hacer, hazlo según tus fuerzas. A veces pensamos que Dios se la pasa simplemente descansando, que está recostado contemplando su creación. Esta frase que encontramos en el libro Eclesiastés nos muestra que no es así.

Dios nos pide que aprovechemos bien nuestra vida, ¡estamos vivos! Eso es lo importante. ¿Qué es mejor? ser alguien poderoso pero muerto o ser alguien no tan poderoso pero vivo. Eclesiastés nos dice que es mejor ser "perro vivo que león muerto".

Todo lo que tengas por oportunidad para hacer hazlo. Cuando pasa el tiempo nos arrepentimos de todo lo que pudimos haber hecho y no lo hicimos; el pasado ya no se puede arreglar, pero lo que hoy tienes por delante por hacer, que es mucho, dice Dios, hazlo, hazlo teniendo solo este parámetro: según tus fuerzas.

Eso hace el que es sabio, no te compares ni con los más débiles ni con los más poderosos, no te compares ni con los más ricos, ni con los menos ricos; Dios dice hazlo según tus fuerzas. Hay sabios que así lo hacen y esto los hace más sabios, aún cuando a los demás les parezca que no es bueno lo que hacen. Dios dice que es mejor ser sabio que ser poderoso, ser sabio que ser rico, porque no necesariamente el que es rico es sabio ni el que es poderoso es sabio, por eso, todo lo que puedas hacer ¡hazlo según tus fuerzas!

lunes, 10 de mayo de 2010

OIDORES O HACEDORES


"Yo más que regalos y flores quiero que me obedezcan". Es lo que las mamás piden en su día, que sus hijos/as las hagan sentir bien, hagan lo que ellas les piden. Es bueno darle a las mamás flores y regalos pero además hacer lo que ellas nos piden.


Dios dice: "Yo más que rituales y ceremoniales externos, lo que quiero es que me obedezcan". Eso lo comprendió muy bien Santiago el hermano de Jesús, ya que nos recuerda con mucha precisión que tenemos que ser "hacedores" de la Palabra de Dios y no simplemente "oidores". La razón es que quienes son solamente oidores se engañan a sí mismos, y son personas que no ponen atención ni esmero en lo que hacen y por lo tanto viven una "religiosidad" vana, engañosa, irreal.
Todo aquel que escucha atentamente la Palabra de Dios y busca vivirla, practicarla, hacerla es una persona "bienaventurada", es decir plenamente dichosa, empezando porque vive una relación viva y real con Dios, ha superado toda religiosidad que solo busca cumplir rituales externos, ha llegado a ser un hacedor, porque tiene la convicción de que lo que Dios quiere es lo mejor para él, o ella.
Escuchemos con todos nuestros sentidos lo que Dios nos dice, dejemos que la semilla del evangelio sea sembrada en nuestras vidas, con sabiduría e inteligencia, conozcamos, creamos y vivamos la Palabra de Dios.

lunes, 3 de mayo de 2010

DIOS, NO EXAGERES

Oye, ¡no exageres! Cuántas veces no hemos oído o usado esta frase. Cuando consideramos que se toma demasiado en serio las cosas, o que se nos pidió algo y no lo pudimos hacer, esta frase es la mejor salida -creemos- para evadir la irresponsabilidad.


El pueblo de Dios, usó muchas veces esta frase, exactamente para evadir su indiferencia y apatía y hasta su inmoralidad. En el libro del Profeta Malaquías la encontramos en muy diversas variantes. En el tiempo de este autor, el pueblo ya había salido de una de las experiencias más amargas de su historia: el cautiverio. Pero en vez de aprender de las experiencias difíciles, se conviritieron en personas indiferentes e inmorales.


Dios, les recuerda que les ama, y al hacerlo también les recuerda que ellos no lo aman, sino al contrario lo han menospreciado, lo han herido, lo han lastimado; y, ¿cuál es la actitud del pueblo? "DIOS, NO EXAGERES", ¿en que te hemos menospreciado? ¿en qué te hemos deshonrado? Para ellos servir a Dios era entregarle las sobras, ofrendarle la basura, era hasta ¡un fastidio! Sacerdotes corruptos, que abusaban de su puesto, un pueblo convenenciero e inmoral, que en cierto sentido habían ya cansado a Dios con sus actitudes. Y cuando Él se los dice, ¿cuál es la actitud del pueblo? "DIOS, NO EXAGERES" ¿en qué te hemos cansado? A ver, Dios, tómalo con calma, respira profundo y por favor no lo tomes tan en serio, DIOS, NO EXAGERES.


Dios, queriéndolos llevar a un cambio en su vida pone un ejemplo, de algo secundario, que, manifiesta lo principal, porque cuando el ser humano es capaz de darle a Dios algo que él considera valioso es capaz de darle su vida; por eso les dice me han robado al no darme sus diezmos. ¿Cuál es la actitud del pueblo? "DIOS, NO EXAGERES" ¿en qué te hemos robado? Y todavía más. Dios les muestra que con su actitud y sus palabras han hablado contra Él, en vez de recapacitar y pedir perdón, la actitud arrogante es la misma "DIOS, NO EXAGERES" ¿en qué hemos hablado contra ti?


En realidad Dios no estaba exagerando, era urgente e importante un cambio de actitud de ellos, Dios les ofrece su perdón y su ayuda para cambiar, para ser transformados, para ir más allá y trascender. Pero, lo que siempre impide que Dios haga esto, es la actitud fría, indiferente, apática del pueblo que todavía sigue diciendo "DIOS, NO EXAGERES".

Datos personales

Mi foto
Ciudad de México, Distrito Federal, Mexico
MI VISIÓN ES GOZAR Y COMPARTIR LA GRACIA DE DIOS
Dios, genera y regenera; crea y recrea; forma y transforma.


Blog de la Iglesia Sión